Composición de un mural; más allá de las simples imágenes
xabier / noviembre 17th, 2017 / 0 Comment
¿Afectan las reglas de composición al muralismo?
Es decir, ¿puede funcionar un mural como una simple acumulación de imágenes distribuidas aleatoriamente en un espacio?
Estas preguntas son más bien retóricas, ya que las respuestas son obvias.
En cualquier trabajo de encargo, tendrá que tenerse en cuenta a partes iguales los elementos que se representarán, así como la forma en la que irán distribuidos.
De hecho, encontrar una composición de un mural coherente y que invite a una lectura más allá de las imágenes, hará que el trabajo llegue a mucha más gente, ya que se sentirán interpelados al verlo quienes perciban el valor meramente estético, así como los que se sientan identificados con la historia contada.
El encargo
En este caso, el escenario era una amplia entrada de vehículos al lado de un portal, y una comunidad de vecinos que padecía los clásicos problemas que la pintura mural soluciona a la perfección en entradas de garaje.
Este barrio de Vitoria-Gasteiz está al lado de la estación de trenes, con lo que me plantearon directamente una temática muy concreta; trenes.
El resto de decisiones me correspondian a mi, incluidas aquellas relacionadas con la composición, por supuesto.
Composición vs libre albedrío
Aquí es donde entra en juego pensar simplemente en los elementos que compondrán el mural, o pensar en una composición cuyo resultado acabe contando una historia.
Este es un ejemplo claro, en el que podía haber optado por una composición que incluyera elementos relacionados con el mundo de los trenes, ubicándolos aleatoriamente para que resultara estéticamente armónico.
Sin embargo, pensé que el tren va muy ligado a la historia, y todas las localidades por las que ha pasado un tren han evolucionado también a medida que estas máquinas lo iban haciendo.
Esa metáfora que simboliza la evolución de la ciudad a medida que la tecnología hace evolucionar las máquinas de los trenes, me parecía interesante y veía que detrás había una historia que contar.
Así es como afectó la decisión a cada uno de los elementos del mural.
Orden de los elementos
Lo primero es ver “la imagen global” para tomar una decisión respecto a la composición.
En este caso, hablaría de la evolución del tren y de la propia ciudad, con lo que los elementos a pintar iban a estar ubicados de más antiguo a más moderno, en orden cronológico y de izquierda a derecha, para incidir en la sensación de poder “leer” el mural en la dirección natural en la que leemos en occidente.
Elementos principales
La idea era plasmar la evolución de los trenes, con lo que lo primero (y más relevante) era incluirlos.
En este caso, el muro a pintar era suficientemente grande como para incluir tres elementos de un tamaño considerable.
Tren antiguo
Representa los comienzos de la historia de los trenes que llegaban a la ciudad, una máquina alimentada a carbón, por supuesto, y que en gran medida comenzó a definir la evolución de la urbe a partir de finales del siglo XIX.
Curiosidades, como siempre al pintar, ya que un señor se me acercó para contarme la historia de la máquina que estaba pintando y explicarme que había una reproducción de ella en un museo catalán.
Tren de periodo intermedio
El muro avanza hacia su parte media, y aquí cobra relevancia un tren “entre períodos”, más moderno que el anterior, pero aún movido por la energía que genera la quema del carbón.
Este tipo de máquinas serían habituales en el abrupto paisaje de una de las líneas de ferrocarril más relevante que llegaba a la ciudad; la vasco-navarra.
Tren moderno
Y de está forma seguimos “leyendo” el mural, hasta llegar a la actualidad y encontrarnos con un inmaculado, veloz y eléctrico tren contemporáneo.
Elementos secundarios
Como en toda composición, los elementos anteriores no pueden simplemente pintarse uno detrás de otro sin un fondo que los enlace.
En este caso, existen dibujos secundarios, relacionados con la temática, que sirven de nexo entre una imagen principal y otra.
Son la vías, catenarias y señales que quizás no sean tan importantes como los propios trenes, pero son absolutamente necesarias para que estos circulen.
Y así, leyendo entre líneas y sobre colores, llegamos al final de la historia de este mural…¡buen viaje!
Escríbeme si tienes algún proyecto entre manos...
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