Murales en depósitos de agua: iluminando esos grandes olvidados
evamena / septiembre 22nd, 2017 / 0 Comment
Los murales en depósitos de agua son esa clase de ecuación bastante natural en el mundo del muralismo.
Autenticas moles de hormigón, que llaman la atención por contraste en practicamente cualquier entorno, y que además suelen estar cerca de localidades pobladas.
Lo natural, por tanto, es que los gestores se planteen embellecer estos elementos arquitectónicos y apostar por una integración más armónica en el entorno.
En el mejor de los casos, la propia ejecución de la obra contempla «pintar» los depósitos, y en algún momento aflora la idea de que una muralista puede ser la solución idonea, teniendo en cuenta lo particular de este «lienzo».
Como no podía ser de otra forma estoy de acuerdo con ello, y más adelante explico el porqué.
Pero antes es interesante contextualizar este tipo de trabajo.
Las dificultades de pintar murales en depósitos de agua
Al pensar en las palabras depósito de agua, seguramente viene a la mente un perfecto cilindro facilmente accesible.
La realidad es que en mi experiencia pintando ya unos cuantos, puedo decir que solo me queda ver alguno de forma hexagonal.
Tienen formas extrañas, combinan varios bloques construidos y en general al acercarte a ellos te asalta la misma pregunta varias veces:
¿Por donde ataco yo esto?
Así que muchas veces el panorama es algo hostil, poner un andamio se torna imposible, hay que pintar desde el suelo o con pertiga, con lo que depende del tamaño del elemento el trabajo se complica y prolonga.
Y con todo ello, sigo pensando que el muralismo es la mejor opción.
3 problemas en depositos de agua que el muralismo soluciona
1- Estética
Esta es la facil.
¿Te imaginas un deposito de este calibre pintado de un solo color? Casi sería mejor dejarlo del color del hormigón.
Y es que son construcciones en las que muchas personas durante muchos años se fijarán.
¿Por qué no aprovechar para engalanarlas con elementos decorativos elegantes, por ejemplo, relacionados con el agua.
2- Formas irregulares
En las complicaciones que planteaba antes está precisamente el fuerte del muralismo.
Sean lugares escarpados, paredes irregulares o sobre materiales poco uniformes, la versatilidad del muralismo saca músculo.
Entre otras cosas, por la posibilidad de pintar con andamios o sin ellos, de acceder a rincones complicados o de disponer de materiales muy dinámicos.
Una paleta de recursos que hace que una muralista pueda encarar un trabajo de estas características con una solvencia complicada de igualar.
3- Integración con el entorno
Esta suele ser una de las premisas cuando me encargan trabajos sobre depósitos.
Y es que seleccionar elementos bellos no tiene porque ir reñido de que el depósito pintado acabe más integrado en su entorno una vez pintado, que si mantiene su aspecto gris de obra.
Por supuesto imaginación al poder, y es que puede seleccionarse una temática para mantener una linea en varios de ellos, cómo la que planteaba referida al agua.
O puede optarse por colores relacionados con el fondo y entorno en el que está ubicado.
Te invito a que a partir de ahora, cada vez que te encuentres con un depósito gris y desnudo, empieces a pensar en las posibilidades detrás de sus enormes paredes.
Escríbeme si tienes algún proyecto entre manos...
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