Graffiti: Respeto, reglas, y otras palabras no escritas pero aceptadas
xabier / marzo 9th, 2018 / 0 Comment
Quizás la vida de un escritor (de graffiti) se parece a una pieza que pinta. Al principio es alegre, colorida, llena de pasión, y poco a poco se va deteriorando y marchitando hasta que un día desaparece, de forma natural o súbita.
Mientras tanto, esa pieza ve pasar el tiempo y cambiar el mundo a su alrededor, y algún día también puede padecer las consecuencias de esos cambios.
En un mundo tan volátil y salvaje como es el del graffiti, es natural que haya cambios.
Pueden ser de estilos, formatos o composiciones, pero también puede haber cambios más profundos, relacionados con la esencia de la propia disciplina.
Estoy hablando, de una forma u otra, de las normas o códigos no escritos que han regulado, asumiendo lo poco precisa que puede ser esa palabra, el mundo del graffiti durante décadas.

Qué es graffiti y en qué formas se expresa
Cuando hablamos de normas o reglas dentro de este mundo, cabe sentar unas bases que condicionan las decisiones que toma un escritor a la hora de pintar.
En ocasiones se asume que una “simple” firma no es graffiti, y la historia de esta disciplina nos demuestra precisamente todo lo contrario, que el graffiti nació de las firmas.
Corrían los años 70 y en un Nueva York en el que florecían las “tribus urbanas” algunas personas comenzaron a canalizar la pulsión por dejar su sello en las paredes o vagones del metro.
Es el caso de pioneros como Taki.
La premisa era, y sigue siendo, dejarse ver (getting UP), y en cuanto comenzaron a abarrotarse los espacios pintados, los diseños tuvieron que evolucionar, y de esa forma las letras fueron cogiendo volumen, hasta llegar a las letras pompas y de ahí a las letras bloque, y la evolución siguió hasta llegar de forma bastante natural al wild style.
Lo relevante es entender que todo lo mencionado es graffiti, y partiendo de ahí los trabajos se van haciendo más complejos, al pasar de esas letras a piezas, hasta llegar a murales (versión muy simplificada).
Como toda disciplina que evoluciona, décadas después de que comenzaran a pintarse vagones de metro en Nueva York, el graffiti ahora mismo es un mundo en sí mismo, que también se auto cuestiona para buscar sus límites y definirse.
Quizás por eso, o porque hoy en día a todo se le pone las etiquetas de post o neo, algunos consideran que ya podríamos hablar de que estamos en la época del neo-graffiti.
Respeto y jerarquía en el mundo del graffiti
De todo lo anterior surge una pregunta bastante natural:
¿Cómo se regula esa “selva salvaje” de pintadas?
Partiendo de la regla o norma más elemental, que es también lo más simple:
RESPETO.
Y en la práctica, derivando en una actitud igual de sencilla:
No pintar encima del trabajo de otro escritor.
Por ejemplo, si alguien pinta una pared virgen, se habrá ganado el “derecho” de disfrutar de ese espacio, y si otra persona quiere pintar en la misma pared, tendrá que hacerlo en otra ubicación.
Una frase tópica aquí tiene todo el sentido del mundo: nada está escrito.
Por eso, cabe la posibilidad de que alguien vea natural hacer una pompa encima de una firma, o una pieza encima de una pompa, entendiendo que es un trabajo más elaborado, pero esto también podría dar pie a que no todas las partes lo entendieran de la misma forma.
El respeto también nos lleva a lo más básico, y si se da una situación como la anterior, quizás se trata de un ejercicio tan simple como el de hablar con la persona que ya ha pintado en un lugar para acordar que se pinte encima.
Hall of Fame dentro del mundo del graffiti…hablando de lo efímero
Siempre hay excepciones…
Los Hall of Fame, son espacios destinados a pintar de forma masiva y sin que las normas mencionadas anteriormente apliquen, ya que encima de lo que pinte cualquiera se volverá a pintar sin tener que pedir permiso alguno.
El concepto de lo efímero cobra especial relevancia aquí, hasta el punto de que un graffitero puede estar esperando a que alguien acabe de pintar y se haga una foto para pintar seguido, encima del trabajo anterior.

Una vez más, muralismo vs graffiti
En varias entradas ha quedado claro mi punto de vista respecto a lo que es mi trabajo (que puede resumirse como muralismo), y lo que es mi afición (graffiti).
Cuando tengo puesto el “gorro de muralista” y me toca pintar para ganarme la vida de forma profesional, puede que tenga que pintar sobre un muro en el que alguien ha escrito una firma o pompa.
Me guste más o menos, y aunque sea algo que yo no haría si estuviera graffiteando, se trata de un contexto muy diferente, en el que el propietario de una pared decide que quiere taparla y me contrata como muralista para hacerlo.
Y si esto es comprensible para alguien que no forma parte del mundo del graffiti, para quienes formamos parte de él lo es aún más, de forma que un graffitero siempre reconocerá a golpe de vistazo si una pieza es trabajo u ocio, en definitiva, muralismo o graffiti.
No por efímero debe dejar de respetarse
El artista urbano asume que gran parte de su obra es efímera, y que se la llevará el paso del tiempo, los servicios de limpieza del ayuntamiento de turno, o cualquiera de las variables a la que se expone.
Sin embargo, el hecho de que ese trabajo sea efímero no quiere decir que cualquiera pueda pintar encima de una pieza alegremente.
El graffiti es una disciplina que ha nacido en las calles y se ha desarrollado creando sus propias reglas, podría decirse que al margen del orden establecido.
Esta “autorregulación” hace que sea difícil de explicar todo aquello que no se habla, pero se sabe, en lo que a pintar paredes en las calles se refiere.
Escucho algo sorprendida a nuevas generaciones comentar de que si una pieza está deteriorada ya puede pintarse encima, y al margen de estar o no de acuerdo, lo veo desde un lugar en el que asumo que el tiempo pasa y las normas cambian.
Quizás escribir estas líneas es signo de esos cambios, y a todo lo que escribo, esas nuevas generaciones le den el mismo valor que se le da al spray que se evapora en el aire.
Como cada una se forma sus opiniones y apela a lo que considera, a mi siempre me quedará invocar a Aretha y pedirle que grite, más que nunca:
R.E.S.P.E.C.T.
Escríbeme si tienes algún proyecto entre manos...
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