Festival dePASO: la creatividad a la calle
xabier / julio 13th, 2018 / 0 Comment
El buen tiempo invita a salir a la calle, y eso en una profesión como la mía, supone también una invitación a salir a pintar.
Ese efecto tiene su reflejo en la cantidad de festivales de cultura, arte urbano y graffiti que florecen en esta época, y si hace poco narraba mi participación en el Mulafest, o la visita al Avant Garde Tudela, en esta ocasión tocaba recorrer unos miles de kilómetros para intervenir en el Festival dePASO en la isla de La Palma.
Ir a Canarias siempre es coger el Delorean y viajar en el tiempo.
Literalmente, porque al llegar ganas una hora, pero también en un terreno más perceptivo, porque allí sientes que el ritmo es otro, y el propio paisaje invita a levantar el pie del acelerador para que disminuya el frenético ritmo que traes “de la península”.
El Paso
Por si el viaje no fuera suficiente, el destino en la la isla no era menos evocador, la ciudad de El Paso, que suena a localidad fronteriza de Texas, pero es en realidad la única población de la isla de La Palma que no está en la costa.
En esta ciudad cercana a la Caldera de Taburiente, se celebra desde hace 4 ediciones el Festival Cultural dePASO, que propone decenas de actividades durante unos días cada año, y en el que se crea un mural en cada edición como recuerdo duradero del festival.
El mural que pintaría yo este año, sería el que sigue a estas creaciones de las otras ediciones:
Una historia de mujeres y recuerdos
Siguiendo la línea de trabajo de cada artista, creo que es importante adaptarse al espacio/tiempo en el que una pinta, y teniendo en cuenta el poder que tienen los murales para recuperar recuerdos, esta me parecia una perfecta ocasión para poner en valor la cultura de un pueblo tan particular.
Mi idea era homenajear la cultura local desde la visibilización y empoderamiento de las mujeres que han forjado también esa cultura con el esfuerzo y el sudor de su frente, a lo largo de una historia que no siempre se lo ha puesto fácil.
En los años 20 y 50 la crisis y la escasez de recursos llevó a muchos de los hombres de la isla a emigrar camino a Cuba y Venezuela.
Las mujeres se quedaron a cargo de las familias, haciendo malabarismos para sacarlas adelante, cuidando de niños y mayores, y cruzando los dedos para que sus maridos volvieran de sus periplos transoceánicos con dinero y no con enfermedades (cosa que no siempre sucedía).
Mi homenaje es hacia esas mujeres que los libros de historia y economía no recordarán y que sin embargo fueron esenciales en la subsistencia de este pueblo, y gestionaron los escasos recursos que tenían mejor que cualquier tesorero.
Un mural muy Canario
En esta historia de rememoración y homenaje, pretendía que fuera un festival de lo canario, una ensalada de recuerdos materializados en muchos de los singulares productos que una se encuentra en las islas, entre terrenos volcánicos y un sol que quema incluso los colores.
Higos chumbos, que en La Palma son tuneras, con sus tunos. Un molino de gofio con todos sus cereales. Pan, queso de cabra, mojo y almendras.
Cada uno de esos productos suena, huele y sabe a esta isla, y tras su paso por ella, ahora sé que son parte de este pueblo de una forma más esencial de lo que podía imaginarme.
Una mujer que se acercó al mural mientras lo pintaba, recordó asintiendo con el poso que dejan tiempos peores, que en La Palma se habían alimentado en “los tiempos de hambre” de muchos tunos y almendras.
Del trabajo de investigación me quedé con la foto de esta mujer que me pasaron, y que quise reproducir literalmente, incluyendo el blanco y negro, que recuerda al verlo como el tiempo irremediablemente ha pasado.
Decidí que el mural se compusiera de esa imagen y algo de dibujo en línea, ya que la pared no tendría más superficie pintada, y trataba de que quedara lo más integrado posible.
Gracias
Recuperas el Delorean, pierdes una hora de regreso a la península, y a pesar de volver a la rutina diaria, Canarias te deja un poso seco y sugerente, que te hace no dudar de tu regreso algún día, y deseando que sea más pronto que tarde.
Por eso siempre te vas agradecida de que exista un lugar tan mágico, y en mi caso, de que haya tenido la suerte de ser invitada a visitarlo de esta forma tan intensa.
Gracias a Rita, la organizadora del evento, a Andrés, teniente de alcalde de la ciudad, a Sergio el alcalde, y no menos importante; al Bar Cumbre, por alimentarnos tanto y tan bien.
Y sobre todo, gracias a la gente de El Paso, de quienes he recibido el conocimiento de su historia, pero sobre todo el cuidado y cariño de todos estos días de auténtico viaje en el tiempo y en el espacio.
Escríbeme si tienes algún proyecto entre manos...
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