Elementos de un mural (II): Superficies y técnicas de intervención sobre muros
xabier / abril 20th, 2018 / 0 Comment
Elementos de un mural es una serie de artículos con los cuales entenderás el amplio y apasionante equilibrio invisible detrás de la composición de un mural, a través de mi experiencia como muralista.
Este es el artículo número 2 de la serie, quizás también te interese leer:
Elementos de un mural (I): Temática, o sobre qué pintar
Elementos de un mural (III): Cómo se trasladan bocetos a muros
Elementos de un mural (IV): Materiales…entre sprays y pinturas
Elementos de un mural (V): Formas, texturas y linea
Elementos de un mural (VI): Composición, cuando nada es aleatorio
Mira a tu alrededor. Seguro que puedes identificar, al menos, 4 o 5 superficies completamente diferentes.
Porosa madera, robusta piedra, resbaladizo plástico, frío metal, ¿cuantos tienes a simple vista?
La naturaleza nos provee de infinitos materiales, y los arquitectos y diseñadores se encargan de ponérnoslos al alcance de las manos, por lo que vivimos rodeados de elementos creados con diversas texturas.
Es de primero de muralismo, pero como puedes imaginarte, todas esas superficies condicionan enormemente mi trabajo, y delimitan las técnicas a utilizar a la hora de pintar un mural sobre ellas.
La pregunta lógica es; ¿qué técnica se debe utilizar sobre cada superficie?
La respuesta ambigua es; depende, y quizás la más académica la siguiente:
Cada superficie tiene distintos requisitos y por lo tanto requiere diferentes técnicas de intervención, en líneas generales puede resumirse que la técnica más adecuada te la da la propia superficie.
Por si no eres de ambigüedades y respuestas académicas, veamos unos cuantas ejemplos concretos.
Hormigón
Es una superficie relativamente versátil y sobre la que en general puede utilizarse indistintamente pintura o spray, eso si, tratándola adecuadamente antes con una imprimación para sellar y dar una capa de agarre a la vez.
El problema del hormigón suele ser que la textura no es completamente lisa y muestra irregularidades, y que en ocasiones se encuentra en exterior, expuesta a las inclemencias y humedades.
Son factores que deben tenerse en cuenta a la hora de seleccionar una pintura suficientemente potente, que podría ser, por ejemplo, pintura plástica.
Todo lo explicado se resume perfectamente en este muro triste que se convirtió en un alegre mural.
Hormigón proyectado
El primo-hermano del anterior, como puedes imaginarte, tiene el inconveniente de que “en crudo” muestra una textura bastante poco lisa e irregular.
Por eso, se trata de una superficie sobre la que puede trabajarse con pistolas para pulverizar pinturas (airless), que facilitan enormemente el trabajo.
Es el caso de este mural, en el que rellené el fondo con la técnica anterior, seguí con pintura a mano para la mayor parte del diseño, y finalicé los detalles (como las ramas) con spray a mano.
Madera
Entramos en el mundo de los materiales más delicados.
Uno de los factores relevantes a la hora de pintar murales es la porosidad de la superficie, que condiciona utilizar materiales que la superficie sea capaz de absorber más o menos.
La madera es porosa, sobre todo si no está tratada, por lo que permite ampliar la gama de materiales con los que se pinta sobre ella, usando, por ejemplo pintura aguada.
Ese aumento de posibilidades a la hora de trabajar con otros materiales, hace también que se multipliquen la cantidad de efectos que se consiguen en el diseño.
Por ejemplo, los trabajos en las tiendas Dooers, en las que combino técnicas (incluyendo la anterior) precisamente porque la madera sin tratamiento lo permite.
La idea sigue siendo la misma con el resto de superficies que se pueden pintar, analizando el material de esa superficie para dar con la técnica (o combinación) que resuelva el trabajo de una forma eficaz y ágil.
Estas son otras superficies sobre las que habitualmente me toca trabajar:
- Piedra
- Ladrillo
- Metales y diferentes tipos de chapas
- Plásticos
Una vez más, la versatilidad del muralismo puesta a prueba…y saliendo victoriosa.
Quizás unos de los trabajos más condicionados por la superficie, son los murales en fachadas de casas, y en este terreno, existe una superficie que está cobrando relevancia últimamente.
SATE (Sistema para el Aislamiento Técnico por Exterior)
Seguro que has visto algún edificio viejo cuya fachada renace deslumbrante en cuestión de semanas cubierta por un tipo de placas que casi parecen un puzzle.
Se trata de un sistema de aislamiento, que por su relativa agilidad de colocación y eficiencia energética está resultando una solución demandada por muchas viviendas a la hora de plantear rehabilitaciones de fachadas.
Una alternativa efectiva, que sin embargo estéticamente tiende a crear edificios que se parece bastante, y por qué no decirlo, en ocasiones parecen algo sosos.
Se trata de un material que admite la pintura perfectamente, y lo mejor de todo es que al requerir el montaje de un andamio para colocarlo, aprovechar la ocasión para pintar un mural sobre él es una apuesta ganadora.
Los costes de ejecución se reducen ampliamente, pero sobre todo las fachadas lucen elegante y originales, convirtiéndose en la envidia del resto de la ciudad…¡orgullo de barrio!
Escríbeme si tienes algún proyecto entre manos...
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