¿A dónde van las obras del artista urbano que ya no existen?
xabier / marzo 2nd, 2018 / 0 Comment
Hace pocos días moría Forges, dibujante, crítico, y prolífico creador, cuyas viñetas seguirán produciendo medias sonrisas a quién las lea, eternamente.
En paralelo, y entre las enlatadas felicitaciones que le llegan a un artista cuando muere, algunos medios rescataban el via crucis por el que ha pasado sus últimos años de vida para recuperar parte de su pensión que Hacienda le reclamaba.
Todo ello por la incompatibilidad que Hacienda considera que existe entre cobrar una pensión y los derechos de autor por su obra.
Dejando al margen la ardua batalla que aún nos queda a los artistas por reclamar un carro de derechos que aún vagan por el hiperespacio, oír noticias sobre los derechos de autor lleva a una reflexión curiosa respecto a la obra que crea un artista urbano.
Una reflexión que me venía a la mente al rescatar, en paralelo, unas fotos del graffiti que encabeza este post, una pieza que nacio, crecio y murio. Que simplemente ha dejado de existir, porque sobre él se pintó de nuevo.
Cuando parte de tu obra es efímera
Dentro de las diferencias que existen entre el muralismo y el graffiti, el segundo es un terreno de juego mucho más volátil y menos regulado que el primero, donde las inquietudes y motivaciones que llevan al artista a crear, hacen que algunas cuestiones adquieran menos importancia.
Una de esas cuestiones es el hecho de saber que aquello que pintas puede no durar…y no pasa nada por que así sea.
Por su parte, los trabajos de encargo (murales, por ejemplo), lienzos, láminas y formatos similares, llevan implícita la voluntad del artista para que aquello que se pinta dure, y quién sabe, quizás algún día alguien cobre derechos por esas piezas.
La paradoja del graffiti
No es que al pintar graffiti sea algo que tengo recurrentemente en la cabeza, pero en ocasiones reflexiono respecto al hecho de que aquello que pinto sea efímero.
Si pudiera resumir las sensaciones que me genera pensarlo, sería algo como:
Es un trabajo que no haces con la intención de que dure, pero a la vez quieres que dure.
Y esta paradoja, lleva a que en cierta medida, tu obra también esté condicionada por ello, porque algunas decisiones que tomes tendrán unas consecuencias respecto a lo que dure tu nueva pieza en una pared de la calle.
Por ejemplo, si eliges una mala pared y materiales de menor calidad, asumes que estás eligiendo restar vida a aquello que has pintado.
Y pasa exactamente lo mismo con la ubicación que selecciones para pintar, si lo haces en un espacio abandonado quizás se mantenga un tiempo, si por el contrario es un lugar que se derruirá pronto, la esperanza de vida de tu pieza disminuye drásticamente.
Pintar en la calle supone exponer tu trabajo de forma muy explícita, y cuando la calle manda, puede pasar cualquier cosa.
En mi caso, al pintar muchas veces rostros, la “gracia” más habitual es que alguien en un momento de inspiración pinte unas gafas encima, pero la “creatividad” en ocasiones se dispara y se aventuran a añadir elementos bastante más soeces.
Solo quedará el recuerdo de una foto
Las diferencias entre el muralismo y el graffiti también me llevan a vivir cada disciplina de una forma muy diferente, uno desde el rigor de la profesionalidad, el otro desde la libertad de lo pasional.
Y cuando lo importante es disfrutar, todo cobra sentido, y el hecho de pintar algo efímero es completamente secundario. Porque en ese momento lo relevante pasa a ser conectar con tu esencia, pintar por el mero goce de pintar, simplemente porque quieres hacerlo, porque necesitas hacerlo.
Entonces, dejar una pieza en una pared que se derruirá en un futuro no muy lejano no importará, porque el círculo ya se habrá cerrado. Harás tu foto, dirás hasta luego y caminarás a casa con las manos sucias y una sonrisa en la cara.
Posiblemente unos días después, mientras revuelves un café o una infusión y recuerdas aquella pared, te asaltará un pensamiento:
Acepto que la obra pintada sea efímera, pero, ¿qué pasaría con mis derechos si otra persona se lucra de ese trabajo?
Escríbeme si tienes algún proyecto entre manos...
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